La Mejorana
por Pedro Roig J.D.
Después de la llegada a Cuba de Jose Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo se hizo necesaria una reunión de los principales jefes para fijar planes y estructurar el gobierno de la República en Armas.
El 5 de Mayo 1895, se reúnen en la casa del pequeño ingenio La Mejorana, cerca de San Luis, Oriente. La vivienda de cuatro habitaciones, tiene un ancho portal con un hermoso flamboyán en el patio posterior, donde se colocaron las mesas para el almuerzo. Esta reunión es uno de los hechos más debatidos de la historiografía cubana.
Después de los saludos de ocasión, Maceo y Gómez se separan de Martí que no está muy lejos. En la corta entrevista que celebraron Gómez y Maceo acuerdan las bases de la campaña de la invasión, fijando la fecha en que habría de comenzar, (el mes de octubre), a fin de aprovechar la temporada de la seca y sorprender los centrales azucareros de Occidente en las tareas de la zafra.
Llamado Martí a la conferencia se alejaron los tres. Maceo planteó que el puesto de Martí no era en la manigua, sino en los Estados Unidos, donde las gestiones diplomáticas y el abastecimiento de las fuerzas revolucionarias exigían su vasta experiencia. Con absoluta firmeza, Martí insiste que su lugar está en Cuba.

Martí, visiblemente contrariado por la actitud de Maceo, anota en su Diario: “Que Maceo tiene otro pensamiento de gobierno: una junta de los generales con mando, por sus representantes – una Secretaría General – la patria, pues y todos los oficios de ella como Secretaría del ejército. Nos vamos a un cuarto a hablar. No puedo desenredar a Maceo la conversación: ¿Pero usted se queda conmigo o se va con Gómez? Y me habla, cortándome las palabras, como si yo fuese la continuación del gobierno leguleyo y su representante. Lo veo herido. Lo quiero, me dice, menos de lo que lo quería por su reducción a Flor en el encargo de la expedición y gasto de sus dineros.” (Diario de José Martí, incluido en la edición Homenaje del Diario de Campaña de Máximo Gómez, pág 306).
Era evidente que Maceo se sentía ofendido con Martí cuando después del desastre de la Fernandina, Martí entregó los pocos fondos disponibles [$2,000] a Flor Crombet para los gastos de la expedición que partió de Costa Rica a Cuba.
En su diario Martí escribe: “En la mesa opulenta y premiosa, de gallina y lechón, vuélvese al asunto: me hiere y me repugna: comprendo que he de sacudir el cargo, con que se me intenta marcar de defensor de las trabas hostiles al movimiento militar”. Martí se sostiene enérgico. “Muestro mi descontento de semejante indiscreta y forzada conversación, a mesa abierta, en la prisa de Maceo por partir… Allí cerca están sus fuerzas, pero no nos lleva a verlas; las fuerzas reunidas de Oriente -Rabí, de Jiguaní; Busto, de Cuba; las de José que trajimos. A caballo, adiós. Por ahí se van ustedes y seguimos, con la escolta mohína; ya entrada la tarde, sin los asistentes, que quedaron con José, sin rumbo cierto, a un galpón del camino donde nos desensillamos . Y así echados y con ideas tristes, dormimos” [Ibid]. La página del día 6 de mayo del Diario de Martí fue arrancada.
Al día siguiente escribe Máximo Gómez en su diario: “al marchar rumbo hacia Bayamo, confusos y abismados con la conducta del general Antonio Maceo, tropezamos con una de las avanzadas de su campamento de más de dos mil hombres y fuerza nos fue entrar. El general se disculpó como pudo, nosotros no hicimos caso de las disculpas como lo habíamos hecho del desaire y nuestra amarga decepción de la víspera quedó curada con el entusiasmo y respeto con que fuimos recibidos y vitoreados por aquellas tropas.” [Diario de Campaña. Máximo Gómez. Edición Homenaje, Archivo Nacional, Noviembre 18,1940 pág 333].

Maceo trató de suavizar la amarga entrevista del día anterior. Fue un encuentro histórico. Maceo los invita a pasar revista a las tropas en formación y escuchar emocionados a José Martí. Durante dos horas las tropas orientales aclamaron a los tres jefes de la insurrección que se despidieron entusiasmados por la espontánea explosión de júbilo en el campamento Mambí.[bid]
Para despejar cualquier duda sobre las relaciones de Martí y Maceo después de La Mejorana es conveniente recoger la carta fechada por Martí en la “Jatía” el 12 de mayo.
Escribe Martí a Maceo. “General y amigo: No puedo ver salir correo para sus tierras sin decirle cómo ansío saber nuevas de ustedes y de aquel denodado campamento, con el que de seguro habrá usted espantado a Santiago, barrido los alrededores, y cerrado todas las vías del enemigo.. Tengo mi pena, y es creer que aún no está bien encendido el espíritu que la pujanza de usted infundirá en todas partes de un solo paseo. El general está ahogado de catarro, y confía en que le escriba por los dos …súbase en los estribos y haga arder los hombres a su voz. Se va el correo, y con él un abrazo, y gracias por los sucesos que le adivino en estos días, de su amigo.
José Martí”.
El Apóstol y el Titán de Bronce comprenden la trascendental significación de ambos en aquel momento crítico de la guerra. Ante este pensamiento no había heridas que no sanaran, ni desaires que no superaran. Una vez más Martí y Maceo demostraron el enorme caudal de humana comprensión y patriotismo que iluminó sus vidas al servicio de la libertad de Cuba.