Cuba: Nuevo Rango Militar Para un Ejército que Languidece
Cuba: Nuevo Rango Militar Para un Ejército que Languidece

Por Alvaro Alba | Periodista
Desde el verano del 2021, en Cuba han comenzado a aparecer nuevos oficiales con la graduación militar de primer coronel. Así de simple, un nuevo grado fue incorporado al grupo de Primeros Oficiales, convirtiéndose en el de mayor rango dentro de esa escala. Este grado se ubica entre el coronel y el general de Brigada, siendo este último el primer escalón dentro del grupo de Oficiales Superiores (generales).
La ley de Defensa Nacional de Cuba (No. 75), que data de febrero de 1995, expresa en su artículo 78 que “el grado militar es la expresión de la posición del militar en la escala jerárquica y de la autoridad dada para el ejercicio del mando”. En el próximo articulo reafirma que “el grado militar de mayor jerarquía en la República de Cuba es el de Comandante en Jefe” y para las FAR existe “el grado de general de ejército”. En la categoría de Primeros Oficiales solo se registran los grados, en orden ascendientes, de mayor, teniente coronel y coronel.
El hecho de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba cuenten con el rango de primer coronel es un caso de estudio, especialmente considerando el tamaño reducido del ejército cubano en comparación con grandes potencias, incluso regionales. Además, este ejército enfrenta graves limitaciones, como una baja capacidad combativa, tecnología obsoleta, deficiencias logísticas en el abastecimiento y una maniobrabilidad prácticamente nula.
El ejército en Cuba, las tropas de las FAR, que una vez una pieza clave en la Guerra Fría, en la confrontación entre el Este y el Oeste, carne de cañón para las aventuras soviéticas en el Tercer Mundo, hoy día es una caricatura mal hecha de aquellas tropas. La movilidad de las tropas, el desplazamiento de oficiales y soldados a miles de kilómetros (Mozambique, Angola, Etiopia, Siria y Vietnam) de sus bases de abastecimientos (Cuba), el entrenamiento perenne en el campo de batalla y la interrelación (con y en contra) con otros actores de primer orden en la conflagración ideológica internacional (URSS, Checoslovaquia, Sudáfrica, RDA, Somalia, Israel, etc.) hizo que las fuerzas armadas cubanas fueran consideradas una tropa adiestrada y combativa. Eso fue historia.
La aparición de este nuevo rango es el resultado de una combinación de factores históricos, políticos y estructurales. Existen varias razones por las que se estableció el rango de primer coronel en las FAR.
Influencia soviética y socialista
El sistema de grados fue inventado por el propio Castro en la Sierra Maestra para la tropa del Ejército Rebelde. El personalmente iba otorgando los grados de comandante y estos a su vez tenían la potestad de nombrar capitanes o tenientes. El primer ascenso a comandante, en julio de 1957, fue para Ernesto Guevara, quien fungía de teniente, jefe de sanidad de los rebeldes.

No había entonces mayores, tenientes coroneles y mucho menos generales. Inclusive el rombo rojo y negro que después se vio solamente alrededor de la estrella de comandante en jefe, también lo usaban otros comandantes o capitanes de las tropas rebeldes. Como lo hicieron en su tiempo los comandantes Raúl Castro y Camilo Cienfuegos y el capitán Antonio Núñez Jiménez.
Una vez tomado el poder en 1959 los únicos rangos militares que prevalecieron fueron los heredados del Ejército Rebelde: teniente, primer teniente, capitán y comandante. Fidel Castro ostentaba el grado de comandante en jefe de la Fuerza de Aire, Mar y Tierra de la República de Cuba, según el nombramiento de la Gaceta Oficial Extraordinaria Revolucionaria, que se editaba en Santiago de Cuba, entonces capital provisional de la isla. El nombramiento era publicado el dos de enero, firmado por el presidente de la Republica, Manuel Urrutia, quien había sustituido al magistrado Carlos M. Piedra al frente de la nación.
Una no muy extensa cantidad de comandantes llegaban a La Habana o se quedaban al frente de las plazas más importantes del país. Cuando el ejército rebelde toma el poder el primer de enero y Castro entra en la capital el 8 de enero, los comandantes provenían tanto de esa fuerza militar como del Directorio Revolucionario o el Segundo Frente de Las Villas. Los más renombrados militares con el grado de comandante fueron: Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Ernesto Guevara (argentino), Hubert Matos Benítez, Humberto Sorí Marín, William A. Morgan (estadounidense), Juan Almeida Bosque, Félix Pena, Julio Camacho, Efigenio Almejeiras, Andrés González Línez Eloy Gutiérrez Menoyo (español), Juan Niury, Omar Fernández, Manuel Piñeiro, Faure Chomón, Guillermo García, Crescencio Pérez, Ramiro Valdez, Rolando Cubela, Delio Gómez, Juan Escalona, Humberto Castello, Augusto Martínez Sánchez, entre otros, eran comandantes el primero de enero del 1959. Ese año 1959 fueron ascendido a comandante Pedro Díaz Lanz, Eduardo Bernabé Ordaz, Antonio Sánchez Díaz “Pinares”.
Como capitanes fungían el 1 de enero, Eduardo Suñol, Calixto Morales, Teobaldo Cuervo, Rogelio Acevedo, Luis Pérez Martínez, Senén Casas Regueiro, Felipe Guerra Matos, Universo Sánchez, Jaime Vega, Calixto García, Arturo San Román, Willi. Manuel Artime, que después sería el jefe militar de la Brigada 2506, en 1959 era primer teniente del ejército rebelde. Los tenientes de aquellos años fueron Miguel A. Dow, José Aroche, David Concepción Pérez, Aquiles Chinea y muchos otros.

El Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR), creado en octubre de 1959, fue una de las primeras estructuras del régimen en recibir asesores soviéticos, adoptando el sistema de mando y la organización del Ejército Soviético. Tan temprano como en junio de 1960 ya Raúl Castro visitaba Moscú, cimentando la dependencia con la URSS en términos de defensa.
La estructura superior del MINFAR para 1963 contaba con cinco viceministros, todos con el mismo grado de comandante. Juan Almeida Bosque era el viceministro primero, Sergio del Valle fungía como Jefe del Estado Mayor General, Efigenio Amejeiras y Belarmino Castilla Más aparecían como viceministros de asuntos especiales del MINFAR, Joaquín Ordoquí al frente de la Dirección de Servicios. La misma graduación militar para los cinco. En el Estado Mayor General, en 1962, los jefes de direcciones tenían el grado de capitán, como fue el caso de Manuel Quiñones Clavelo (información), Fausto Rodríguez Sánchez (comunicaciones), Flavio Bravo Pardo (Operaciones), Sidroc Ramos Palacios (Instrucción) y Osmany Cienfuegos Gorriarán (servicios).
Cuanto más se alineaba Cuba con Moscú, más rápidamente se adoptaban las estructuras militares de estilo soviético, incluyendo el sistema de mando y los manuales de trabajo. Los asesores soviéticos estaban en la mayoría de las unidades militares, en los centros educacionales. Se destaca la presencia en Cuba en calidad de asesores de numerosos españoles republicanos, que llevaban casi 30 años viviendo en la URSS, veteranos de la guerra civil en la península, de la Segunda Guerra al servicio de Stalin, y participando de la represión contra nacionalistas de Estonia, Lituania, Ucrania y Lituania. Se les denominaban hispano-soviéticos y muchos se quedaron a vivir en Cuba. Con tal dependencia de Moscú, motivo la creación de grados similares a los soviéticos dentro de las FAR.
En septiembre de 1963, el Consejo de Ministros promulgó la Ley 1123 del Gobierno Revolucionario, que establecía un sistema único de grados militares para las tropas terrestres. La jerarquía quedó conformada de la siguiente manera: Comandante en Jefe, Comandante de Ejército, Comandante de Cuerpo de Ejército, Comandante de División (Raúl Castro), Comandante de Brigada (Senen Casas Reguiero, Fernando Vecino Alegret, ), Comandante (Lino Carreras, Luis Alfonso Zayas, Leopoldo Cintra Frías, Enrique Carreras Rolas), Primer Capitán (Jorge Enrique Mendoza, José F. Quesada García), Capitán (Jorge Risquet, Julián Rizo Álvarez), Primer Teniente, Teniente, Subteniente, Sargento (de primera, segunda y tercera), Cabo y Soldado.

A muchos de los oficiales que se habían sumado a las fuerzas rebeldes en la Sierra y habían llegado a 1959 como capitán, fueron ascendidos al nuevo rango de primer capitán. Algunos de aquellos primeros capitanes que hacían titulares en 1964 fue Jorge Enrique Mendoza, quien laboraba en la Dirección de Instrucción Revolucionaria del MINFAR (posteriormente se convierte en la Dirección Política), y en calidad de comisario supervisaba los encuentros nacionales de propaganda.
Hay que destacar que aquella época de los sesenta e inicio de los setenta en el siglo XX, no se usaba el ramo de olivo para los grados de los oficiales superiores, ni siguiera el de comandante en jefe. Ya más cercano al total proceso de “institucionalización” de las fuerzas armadas en Cuba, que fue el concepto de sovietización del ejército, aparecieron los primeros grados con rama de olivo para los oficiales superiores y múltiples estrellas en las categorías de primeros oficiales y subalternos.
Según lo establecido en la Ley No. 1257, que entró en vigor el 2 de diciembre de 1973, los grados militares de las FAR fueron modificados, quedando conformados de la siguiente manera: Comandante en Jefe, Comandante de Ejército, Comandante de Cuerpo, Comandante de División y Comandante de Brigada. Entre los oficiales de primera clase, se incluyeron los rangos de Primer Comandante (Raúl Díaz Arguelles), Comandante y Mayor; y entre los oficiales subalternos, Capitán, Teniente Primero, Teniente y Teniente Segundo. Esa Ley de 1973 reconoció el rango de Comandante en Jefe como el escalón más alto dentro de las Fuerzas Armadas en Cuba, agregándole un ramo de olivo al rombo rojo y negro, con la estrella en la charretera, que no existía hasta el momento.

Este sistema guardaba cierta proporción con la jerarquía militar de la URSS y Europa del Este, que contaba con casi diez rangos: Subteniente, Teniente, Primer Teniente, Capitán, Mayor, Teniente Coronel, Coronel, Mayor General, Teniente General, Coronel General y General de Ejército. Además, la URSS tenía el grado de Mariscal, el cual representaba el escalón superior dentro de su estructura militar jerárquica.
Los grados a la usanza cubana, eran confusos para los asesores soviéticos o de Checoslovaquia o RDA, con aquello de comandante lo mismo para un equivalente a general o para coronel. En la información sobre la maniobra Granma, que hicieran las FAR en diciembre de 1974, se informaba que fueron dirigidas por el viceministro primero, jefe del Estado Mayor General comandante de brigada Senén Casas Regueiro; con la participación de “los viceministros jefes de la Dirección Política y de Armamento y la Técnica, comandantes de brigada Fernando Vecino Alegret y Rogelio Acevedo González”, mientras que las conclusiones las hizo “el primer comandante Leopoldo Cintra Frías”. Ese año de 1974 la prensa cubana reportaba actividades de los comandantes de brigada Senén Casas Regueiro en asambleas de la juventud comunista y del también comandante de brigada Fernando Vecino Alegret visitando Bulgaria en calidad de viceministro de las FAR.
Raúl Castro Ruz, ministro de las FAR desde la creación del ministerio en octubre de 1959, fue el impulsor, organizador e implementador de la sovietización del ejército cubano, incluido los grados militares, las gorras de plato, las charreteras de hileras, las corbatas y las estrellas tanto pequeñas como grandes. A diferencia de su hermano que nunca dejó el uniforme verde-olivo y las insignias inventadas de Comandante en Jefe, Raúl no dejaba de lucir su uniforme militar de diseño soviético.
Como dato curioso, durante el proceso de conversión de los grados militares cubanos, el ministro de las FAR no fue ascendido de inmediato al grado máximo (general de ejército) de los oficiales superiores; y tuvo que pasar largos meses con dos estrellas en las hombreras. En ese rango recibió en La Habana, junto a Fidel Castro, a Leonid Ilich Brezhnev, cuanto este visito Cuba en enero de 1974.
Fue el entonces ministro de las FAR comandante de división desde diciembre de 1973 hasta el dos de diciembre de 1976, que con la implementación del nuevo sistema de grados es ascendido a general de ejército. Hasta la fecha, y hasta que este con vida, nadie en Cuba ostentara ese grado militar.
Después que Raúl Castro abandonara el cargo de ministro de las FAR, la dirección del ejército ha sido asumida por tres oficiales: Julio Casas Regueiro (durante 3 años y unos 6 meses y medio, Leopoldo Cintra Frías (por 9 años y 5 meses) y Alvaro López Miera (casi ya cuatro años en abril del 2025). Todos llegaron tope de los ascensos militares con el grado de general de cuerpo de ejército, el mismo que ostentan el jefe del Estado Mayor General y los jefes de los tres ejércitos del país.

Tener al ministro con dos estrellas fue un castigo de su hermano, afirman los conocedores de las interioridades en el MINFAR, porque durante unas semanas estuvo tentado a incluir en el ejército cubano el grado de Mariscal, pidiendo un modelo a las sastrerías del Ministerio de Defensa en Moscú. En la sastrería soviética le confeccionaron a la medida un traje con la estrella dorada de mariscal encima del escudo cubano, una copia de la versión de Mariscal de la Unión Soviética. La idea no se implementó tras preguntar un asesor soviético a Fidel Castro si Mariscal de Cuba era un rango militar superior al de Comandante en Jefe. Esa “ingenua” pregunta de un soviético frustro para siempre los planes de tener un mariscal en las fuerzas armadas de Cuba.
En Moscú, no lograban comprender del todo la equivalencia de los rangos cubanos, y para noviembre de 1976, Raúl Castro fue ascendido a General de Ejército, mientras que varios militares cubanos fueron promovidos a general de división y brigada. Una lluvia de estrellas y ramos de olivos caían sobre los militares cubanos.
Las aventuras militares en Angola estaban en su apogeo, los militares cubanos servían de asesores en cuanto conflicto aparecía en África, desde Guinea Bissau, hasta Etiopia, pasando por Angola, Namibia, Guinea, Sierra Leona, Yemen del Sur, Somalia (antes del conflicto con Etiopia), etc. El militar Raúl Díaz-Argüelles, quien falleció durante la intervención cubana en Angola en diciembre de 1975, era el jefe de las tropas cubanas y ostentaba el grado de primer comandante. Arnaldo Ochoa, quien fuera purgado en el verano de 1989 durante la Causa 1/89 contra un grupo de militares de las FAR y el MININT obtuvo en África los grados de general de división y la medalla de Héroe de la República de Cuba. En esos procesos son acusados el general de brigada Patricio de La Guardia, y su hermano el coronel Antonio de La Guardia, ambos del MININT. Con aquellas purgas y fusilamientos en las FAR y el MININT, borraba el dictador toda huella de conexión con los carteles colombianos de la droga, y los nexos con Pablo Escobar.
En noviembre de 1976, con la proclamación de la Ley No. 1315, se introdujo una nueva reforma que estableció un esquema de rangos militares diferente, más alineado y comparable con el utilizado en los países socialistas. Las categorías fueron las siguientes: general de ejército; general de cuerpo de ejército; general de división; general de brigada; coronel; teniente coronel; mayor; capitán; primer teniente; teniente; subteniente; suboficial; sargento de primera; sargento de segunda; sargento de tercera; soldado de primera y soldado.

Para la marina quedaron distribuidas las graduaciones: almirante; vicealmirante; contraalmirante; capitán de navío; capitán de fragata; capitán de corbeta; teniente de navío; teniente de fragata; teniente de corbeta; alférez; suboficial; sargento de primera; sargento de segunda; sargento de tercera; marinero de primera y marinero.
Las nuevas charreteras del ejército y la marina de Cuba para los nuevos grados comenzaron a fabricarse en las sastrerías militares de Moscú. Existen grados militares que nunca han sido otorgados en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), como el de Almirante. El rango más alto en la Marina de Guerra Revolucionaria (MGR) ha sido el de Vicealmirante. Tal fue el caso de Aldo Santamaría Cuadrado, quien dirigió esta fuerza, primero como comandante y después ya de vicealmirante, hasta 1984. Tras su fallecimiento, fue sucedido por José Cuza Téllez de Girón, quien anteriormente se desempeñó como director de la Academia Naval y fue capitán del Ejército Rebelde, ostentando el grado de Contralmirante. Todos los jefes de la fuerza naval en Cuba (Pedro M. Pérez Betancourt, Carlos Alfonso Duque Ramos, etc.) han tenido esta graduación militar, incluido el actual, Jorge Luis Reyes López. El grado de contraalmirante lo tuvo un ministro del interior, Julio César Gandarilla Bermejo, quien fuera por 16 años, jefe de la contrainteligencia militar en el MINFAR.
Un grado único en Cuba es el de Comandante de la Revolución, que solo lo han adquirido tres militares: Ramiro Valdés Menéndez, Juan Almeida Bosque y Guillermo García Frías. Con una simbología única, con montanas sobre la rama de oliva y una estrella dorada sobre las elevaciones.
Según el reglamento militar, excepto el comandante en jefe y el general de ejército, debían de rendir saludo militar al paso de los tres “comandantes”, que fueron miembros del Buró Político, vicepresidente de los consejos de Estado y Ministros. Y todavía Valdés es viceprimer ministro a pesar de los 90 años de edad.

La insignia de comandante del ejército rebelde se diferencia del comandante de la revolución, en jerarquía militar como en proporciono numérica. Como comandante del ejército rebelde, usaban las insignias José Ramón Machado Ventura, Delio Gómez, Pedro Miret, Julio Camacho Aguilera, y otros funcionarios que, aunque militaron en las huestes de la Sierra Maestra, siguieron labores político-partidistas antes o durante el proceso de copiar el sistema soviético de grados militares.

Desde 1989, tras los dos casos de la fiscalía militar (Causa 1/89 y la Causa 2/1989) los oficiales (muy leales a Raúl Castro) del MINFAR tomaron posesión de todas las direcciones del MININT, asumiendo el control total de lo que por décadas fue un feudo exclusivo en una época de Ramiro Valdez, y después de José Abrantes. A partir de ese año, el cruce de oficiales fue una actividad perenne, y se veía a oficiales superiores del MININT con la insignia de graduado de lo mismo la escuela de infantería, o de ingeniería de las FAR y viceversa, un graduado de los institutos superiores del MININT en una unidad de tanques.
Desde el nombramiento de Abelardo Colomé Ibarra como ministro del MININT en 1989, hasta la fecha, todos los jefes de ese ramo han provenido de las FAR. Sobre todo, de la contrainteligencia militar como Carlos Fernández Gondín, Julio César Gandarilla Bermejo y Lázaro Alberto Álvarez Casas.

Un ascenso a primer coronel permite recompensar a oficiales de larga trayectoria con prestigio y reconocimiento, sin necesidad de incrementar en exceso el número de generales. También ayuda a evitar la proliferación de generales en un ejército relativamente pequeño. Aunque la estructura militar cubana es reducida en términos de efectivos, su cuerpo de oficiales, y en especial los generales, tienen una gran influencia dentro del sistema.
Con la aparición de esta nueva denominación, se facilita el ascenso y la distinción de oficiales experimentados, sin necesidad de convertirlos en generales. No obstante, existe un riesgo estratégico, ya que esto podría reducir el valor o la autoridad de los rangos de general. En Cuba, los generales, especialmente los viceministros de las FAR, jefes de ejércitos y unidades especiales, no solo tienen poder militar, sino también influencia política, lo que hace estratégicamente importante mantener este grupo reducido.
La doctrina militar cubana enfatiza la defensa territorial, el uso de milicias y las reservas, en lugar de depender de ejércitos permanentes de gran tamaño. Los primeros coroneles vienen entonces a comandar unidades regionales o de milicia, estar al frente de zonas militares específicas o desempeñar funciones administrativas de alto nivel, lo que encaja con el papel “intermedio” que representa este rango. El primer coronel es designado para posiciones donde un General podría ser “demasiado”, pero un coronel podría resultar “insuficiente”.
Al mismo tiempo, ante la ausencia de oficiales subalternos (de subteniente a capitán), el ejército oriental recurrió a adolescentes que finalizaban la enseñanza preuniversitaria, instándolos a asistir a un curso de cinco meses para graduarse como oficiales de tanques e infantería. La urgencia y brevedad de esta formación, que habitualmente dura cuatro años (en centros como las escuelas interarmas Antonio y José Maceo), evidencian la escasez de oficiales subalternos en las fuerzas armadas. Tal política recuerda a los “maestros emergentes”, quienes inundaron las escuelas primarias y secundarias del país, contribuyendo al declive general de la enseñanza en Cuba.

Simbolismo, prestigio y lealtad
En los estados comunistas, como es el caso de Cuba, los rangos militares no solo representan la jerarquía dentro de las FAR, sino que también simbolizan el servicio a la revolución, lealtad al partido comunista, al dictador de turno, sea Fidel Castro, Raúl Castro y su designado Díaz-Canel.
Estos grados (coronel, primer coronel y general) están tan vinculados a la política como a la estructura de mando. No se puede dejar de señalar que también el sistema de ascensos militares está fuertemente influenciado por factores políticos, de compadrazgo y espíritu de clan. En Cuba, el rango de primer coronel puede representar toda una vida de servicio y confianza política, permitiendo a un oficial alcanzar el estatus de “oficial superior” sin necesidad de ser promovido al selecto grupo de generales.
A su vez, este rango lo diferencia de los coroneles y tenientes coroneles, estableciendo una jerarquía intermedia.
El rango de primer coronel permite al régimen cubano ascender a oficiales leales sin necesidad de convertirlos en generales, lo que ayuda a mantener limitados los puestos de mando superiores. Esta estrategia garantiza un mayor control político sobre las fuerzas armadas, ya que los generales suelen poseer un poder e influencia considerables dentro del aparato estatal.
¿Por qué hoy en las FAR hay el grado primer coronel?
El rango de primer coronel en Cuba está más relacionado con el estatus y el equilibrio político-militar que con una necesidad operativa estricta. Su existencia responde a la influencia del modelo socialista-militar adoptado de la Unión Soviética, China y Corea del Norte. Representa un legado de la cultura militar soviética, a la que Raúl Castro siempre fue un fiel seguidor.
La aparición de este nuevo grado refuerza la jerarquización dentro de la oficialidad, lo que resulta adecuado para un ejército que prioriza la lealtad, el servicio revolucionario y los roles de mando regional, incluso dentro de una fuerza armada de tamaño reducido. Inclusive le otorga al que lo ostenta el privilegio de no ser procesado por la legislación civil, sino por los tribunales militares.

El artículo 98.1 del nuevo código penal militar afirma que “los tribunales militares territoriales son competentes para conocer de los procesos penales que se originen por hechos delictivos cometidos en su demarcación, sancionables con privación de libertad que sea igual o superior a veinte años de privación de libertad, privación perpetua de libertad o muerte y de todos los delitos que atenten contra la seguridad del Estado o constituyan actos de terrorismo; también cuando el comisor ostente el grado militar de coronel, primer coronel o equivalentes o que, sin ostentarlo, ocupe un cargo al que corresponda por plantilla dichos grados o uno superior” y el acápite 2 instruye que “la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo Popular conoce en primera instancia de los procesos penales que se originen por cualquier hecho delictivo cometido por un oficial superior en activo. Esa diferenciación es parte de la tesis expuesta con genial maestría literaria por George Orwell en su novela 1984, al afirmar que “todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”.
Aunque el ejército cubano es pequeño, el anterior sistema de rangos estratificados fue una respuesta al control político del régimen, la tradición de los ejércitos socialistas de Europa del Este y las necesidades estratégicas de mando castrense. La introducción de estos nuevos grados permite la promoción de oficiales leales políticamente, sin incrementar excesivamente el número de generales, evitando así la inflación de rangos en una estructura militar relativamente compacta.

Además, este rango funciona como un puente para oficiales experimentados que asumen responsabilidades en el estado mayor y el liderazgo estratégico. Esto se aprecia en las provincias, que, al incrementarse con el paso de los anos, de seis (y un municipio especial) en la década de los 70 del siglo XX, hoy cuentan con quince. La cantidad de jefes provinciales del MININT o regiones militares por provincias ha aumentado el doble.
Durante la bonanza soviética, las insignias militares y sus accesorios se fabricaban en la URSS. Hoy día, los grados de los militares son muy rudimentarios, sin los detalles de bordados en las insignias castrenses, pues no hay charreteras. Los galones militares son estrellas de plástico derretido en los uniformes. Lo mismo para las FAR que para el MININT. La avalancha de estrellas de diferentes tamaños desapareció con la URSS.
Factor | Definición |
Tradición soviética/socialista | Importado de sistemas militares socialistas como China, Vietnam y Corea del Norte. |
Fusión político-militar | Reconoce antigüedad y lealtad sin convertirlos en generales. |
Prestigio sin inflación | Limita el número de generales en un ejército pequeño. |
Roles de mando defensivos | Encaja bien con el sistema de defensa regional y basado en milicias de Cuba. |
Recompensa simbólica | Honra a oficiales de larga trayectoria y de confianza con un rango especial. |
Bibliografía
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- http://www.fidelcastro.cu/es/documentos/ascenso-de-raul-comandante
- https://www.granma.cu/cuba/2017-07-20/che-guevara-el-primer-combatiente-ascendido-a-comandante-por-fidel-20-07-2017-21-07-32
- Diario de una traición. Cuba 1959. Leovigildo Ruiz. Miami 1965, página 8
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- https://www.martinoticias.com/a/comunista-espanol-ciutat-escambray-nkvd/100953.htm l
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- https://www.marines.mil/Portals/1/Publications/Cuba%20Study_4.pdf
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