Brigada 2506 Raices Mambisas
Por Pedro V Roig, Esq.
Coronel Baldomero Acosta (1866-1943)
Nació en Hoyo Colorado, provincia de La Habana. El 6 de enero de 1866, se incorporó a la columna invasora, que a las órdenes del lugarteniente general Antonio Maceo, avanzaba victoriosa hacia Pinar del Río.
Al anochecer del 9 de enero, participó en el ataque y captura del pueblo de Cabañas, defendido tenazmente por voluntarios locales, atrincherados en la iglesia y el ayuntamiento. El 17 de enero de 1896, Baldomero Acosta hizo derroche de coraje en el reñido combate de Las Taironas, en las inmediaciones de la ciudad de Pinar del Río, donde fue gravemente herido.
El 19 de marzo de 1896, el general Antonio Maceo le ordenó regresar a la provincia de La Habana, donde una semana mas tarde, Baldomero Acosta, integró la vanguardia mambisa del ataque a su pueblo natal que fue parcialmente destruido. Acción que se repitió el 4 de abril.
En noviembre 6, 1896, diez meses después de integrar el Ejercito Libertador, fue ascendido a teniente coronel por méritos de guerra, y alcanzó el grado de coronel el 6 de junio de 1897.
El 4 de diciembre de 1896, Antonio Maceo, acompañado por un reducido grupo de escogidos veteranos, cruzó la Bahía del Mariel en un pequeño bote-correo que utilizaban los mambises. Baldomero Acosta le llevó los caballos y escogió el campamento de San Pedro donde temprano en la mañana del 7 de diciembre, el “Titan de Bronce” fue aclamado por mas de 400 oficiales y soldados del Ejército Libertador.
Baldomero Acosta fue herido en el combate de San Pedro donde cayó el héroe nacional Antonio Maceo y su ayudante “Panchito” Gómez Toro. Restablecido asumió el mando de su regimiento y la noche del 28 de julio de 1897, atacó el suburbio habanero de Marianao, penetrando por las calles Santo Domingo y San Francisco, llegando hasta la Ermita el Salvador. En Marianao se peleó por más de cuatro horas, hasta la llegada de refuerzos españoles.
El Cornel Baldomero Acosta logra con este ataque desmentir al Capitán General Valeriano Weyler de que la provincia de La Habana había sido pacificada. La intensidad y duración del combate fue un formidable golpe que generó consternación en la capital de la colonia.
En 1897, el coronel Acosta fue herido en el combate de Las Salinas (marzo 3), cerca de la playa Baracoa, y en Maurin (junio 27) próximo a su ciudad natal de Hoyo Colorado.
En septiembre de 1897, recuperado de las heridas, el coronel Baldomero Acosta partió hacia México, en cumplimento de una misión especial. Acosta, regresó a Cuba el 2 de mayo de 1898, como jefe de tierra de la Expedición del Buque Leyden, desembarcando por la playa El Salado. Traía un enorme cargamento de armas y suministros. Estados Unidos había entrado en la guerra contra España y el coronel Baldomero Acosta era portador de importantes documentos dirigidos al Mayor General José Maria (Mayia) Rodríguez.
En agosto 9 de 1898, el coronel Acosta regresó con una segunda expedición financiada por cubanos en Cayo Hueso. La embarcación (una goleta) tuvo dificultades y Acosta acompañado por cuatro patriotas tomaron un bote y lograron llegar a la playa de Guanabo desde donde marcharon a unirse a las fuerzas cubanas. El 10 de diciembre de 1898, el coronel Baldomero Acosta al frente de la veterana caballería mambisa entró en Marianao donde fueron aclamados en las calles como héroes de la libertad de Cuba.
Dos nietos y un bisnieto del coronel Baldomero Acosta integraron la Brigada 2506.
En algunas familias a veces surge una persona que define, que en gran medida determina encadenadamente, por la forma en que vive su vida, las de miembros de muchas generaciones que le siguen. En la mía, esa persona fue mi bisabuelo Baldomero Acosta. Sus ideales, su hombría, su lucha ininterrumpida por lograr la libertad de Cuba te permeaban, sin darte cuenta, desde que comenzabas a razonar. Determinó la de su hijo, mi abuelo Pedro Acosta. Determinó la de su nieto, mi tío Orlando (Bebo) Acosta. Quiénes vivieron junto a sus familias los riesgos, los exilios, los sacrificios y los sufrimientos que tomar ciertas decisiones acarrea. Y gracias a Dios determinó la mía.